Opciones para la mejora de la calidad del aire en entornos urbanos a través de medidas en el sector del tráfico rodado
2024
Carretero Casado, María del Rosario | Borge García, Rafael
La contaminación atmosférica es reconocida como uno de los principales desafíos sanitarios a nivel global debido a su significativo impacto en la salud pública. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta problemática es responsable de 6,7 millones de muertes prematuras anualmente. Las repercusiones de la deficiente calidad del aire no se limitan únicamente al ámbito sanitario, sino que también se extienden al ámbito económico. Según la European Public Health Alliance (EPHA), la contaminación del aire implica un costo promedio anual de 1.276 euros por persona en Europa. Los efectos negativos asociados a la mala calidad del aire se concentran en las áreas urbanas puesto que experimentan una mayor concentración de población y son puntos focales para numerosas emisiones de contaminantes originadas por actividades humanas. En el futuro, su relevancia en términos de exposición a nivel mundial aumentará significativamente, dado que se estima que para el año 2050 aproximadamente el 70% de la población global residirá en ciudades. Las fuentes de contaminación pueden variar entre diferentes ciudades, pero el tráfico vehicular es un factor común en todas ellas. En lo que respecta a las partículas finas (PM2,5), el transporte es responsable del 9,7% de las emisiones, cifra que se eleva al 41,9% en el caso de los óxidos de nitrógeno (NOx), gases que tienen una repercusión crucial, tanto directa como indirecta, en la salud humana.. En la actualidad, la Unión Europea se encuentra en el proceso de revisión de la directiva sobre calidad del aire, con el objetivo de establecer valores límite para los contaminantes más significativos (como pueden ser PM2,5 o NO2) más cercanos a las recomendaciones de la OMS. Estos nuevos valores límite serán considerablemente más restrictivos que los actuales, que aún se incumplen en algunos países de la Unión Europea, especialmente en zonas industriales y urbanas. Es por ello las ciudades europeas deberían intensificar sus estrategias de reducción de emisiones atmosféricas. En este contexto, las medidas dirigidas a minimizar las emisiones del tráfico rodado pueden jugar un papel fundamental. En este Trabajo de Fin de Máster (TFM), se ha llevado a cabo una recopilación y análisis detallado de la literatura científica y técnica más relevante sobre diversas medidas que se han llevado a cabo para reducir el impacto negativo que tiene el tráfico rodado en la calidad del aire, así como de experiencias exitosas particularmente en ciudades europeas. Se han analizado los resultados y efectividad de estas medidas, destacando los beneficios observados en términos de la reducción de emisiones y la mejora de la calidad del aire urbano. También se examinan los posibles desafíos y obstáculos que enfrentan las ciudades al implementar estas estrategias, considerando aspectos como la aceptación social, la infraestructura necesaria o su viabilidad económica. Se han revisado un total de 25 medidas clasificadas a su vez en 6 grandes grupos: 1. Las medidas de control de acceso y regulación de la circulación incluyen las zonas de bajas emisiones (ZBE), tarifas de congestión, restricción de circulación de matrículas por número, variaciones en los límites de velocidad y carriles de alta ocupación (VAO). 2. Las medidas de gestión del estacionamiento se relacionan con la implantación de parkings disuasorios y la gestión del emplazamiento a nivel más general. 3. También se han revisado ciertas medidas relativas a la propia infraestructura del transporte como son el uso de materiales fotocatalíticos, la movilidad autónoma y conectada, el barrido, limpieza y lavado de calles o el uso de supresores químicos. 4. Hay ciertas medidas que pretenden promocionar el transporte sostenible que unifican el problema con su faceta más social. Estas incluyen las llamadas “medidas blandas”, medidas relativas al transporte público o incluso el carsharing y el fomento del teletrabajo. 5. Otro tipo de medidas son las que están relacionadas con el urbanismo, es decir, con el propio diseño de la ciudad habiéndose estudiado las soluciones basadas en la naturaleza, el urbanismo táctico, supermanzanas y las ciudades de 15 minutos. 6. Por último, encontramos las medidas relativas a la tecnología del propio vehículo que buscan reducir el factor de emisión del mismo y no tanto una reducción de su actividad. Se incluyen aquí la incentivación de la renovación de la flota, el retrofitting, la electrificación de la flota, el uso de combustibles renovables y los sistemas de postratamiento. Evaluar la eficacia de las medidas destinadas a mejorar la calidad del aire es una tarea sumamente compleja. Existen numerosos obstáculos que dificultan la estimación precisa del impacto de una medida específica en la calidad del aire. En primer lugar, es imposible realizar una comparación estricta con un control, es decir, no es factible determinar con exactitud qué habría ocurrido si una medida no se hubiera implementado. Entre otros factores, resulta extremadamente difícil aislar el efecto de las condiciones meteorológicas, que influyen significativamente en la dispersión de contaminantes y afectan de manera determinante las observaciones, las cuales nunca serán idénticas antes y después de la adopción de una medida. Esta dificultad se agrava cuando, como es común, se implementan varias medidas contra la contaminación atmosférica en una misma ciudad dentro de un plan integral, lo que complica la segregación del impacto de una medida específica del conjunto de intervenciones. Este problema no se presenta cuando la evaluación se basa en simulaciones; sin embargo, en tales casos, la valoración está influenciada por la incertidumbre inherente a los modelos utilizados y a sus datos de entrada. Por ello, este TFM describe también las herramientas con las que cuentan los científicos para medir directamente la calidad del aire, así como para modelizarla. En las herramientas de medida se hace presente la dicotomía entre fiabilidad y precio. Las técnicas con menor incertidumbre son muy costosas (tanto en adquisición como en su mantenimiento), surgiendo otras nuevas formas de medida más baratas. No obstante, están aún en desarrollo y presentan numerosas limitaciones. La modelización de la calidad del aire presenta muchas ventajas puesto que aglutina y sintetiza todos los factores que intervienen en la calidad del aire: condiciones meteorológicas (viento, lluvia, temperatura, etc.), movilidad, así como los principales focos emisores de contaminantes. Esto permite atribuir el aporte relativo de las diversas fuentes a las concentraciones totales de los contaminantes en las zonas y evaluar cualquier escenario de emisiones alternativo. Sin embargo, como ya se apuntaba, la modelización cuenta con una incertidumbre considerable puesto que no deja de ser una simulación y no una medida directa de la realidad. Tras la evaluación de las 25 medidas se llega a la conclusión de que los distintos tipos de medidas son complementarias y puede ofrecer sinergias positivas. Las medidas de control de acceso y regulación de la circulación, así como la gestión del estacionamiento pueden funcionar bien para desincentivar el uso masivo del coche y para acelerar la rotación de la flota, pero deben ir acompañas de medidas para promocionar el transporte sostenible para que el ciudadano tenga buenas alternativas de movilidad. En cualquier caso, resultan esenciales las medidas relativas a la tecnología del propio vehículo para minimizar las emisiones del tráfico remanente, especialmente los dedicados a servicio público o transporte de mercancías, que son los que tienen una mayor tasa de actividad. Por otro lado, las medias relacionadas con el urbanismo, es decir, con la optimización de las ciudades para minimizar el impacto del transporte y las medidas relativas a la propia infraestructura urbana pueden ser un complemento eficaz del cualquier otro tipo de medida, aunque en muchas ocasiones el margen de actuación en esta área es estrecho. Se puede concluir que la coexistencia de diversas medidas es esencial en los planes de calidad del aire en las ciudades. El análisis realizado indica que ninguna medida es infalible ni capaz de resolver todos los problemas de calidad del aire por sí sola, especialmente cuando se consideran simultáneamente los objetivos de descarbonización a nivel local. Además de la regulación por parte de las autoridades, es crucial la implicación de las empresas y la participación ciudadana. En este contexto, se subraya la importancia de la concienciación ciudadana para fomentar decisiones personales que contribuyan a la mejora de la calidad del aire, tales como el uso del transporte público, compartir viajes, caminar, andar en bicicleta o utilizar vehículos eléctricos. Finalmente, para seguir completando este estudio sobre las medidas que pueden llevar a cabo las ciudades para mejorar la calidad del aire mediante el tráfico, se propone ampliar el análisis a nuevas medidas además de las 25 ya estudiadas, realizar un estudio detallado de una ciudad como Madrid para evaluar el impacto a largo plazo de diversas medidas, analizar los costes y beneficios económicos de cada medida, profundizar en cómo lograr mayor equidad social en la implementación de políticas, evaluar otros impactos ambientales como la reducción de ruido y la mejora de espacios públicos, etc.
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Bibliographic information
This bibliographic record has been provided by Universidad Politécnica de Madrid