La Roseta de Naranjas y Limones
1934
Alfaro, Agustín
Las plantas incluidas en la familia de las Auranciáceas son cultivadas para la obtención de frutos destinados al consumo o para extraer las esencias contenidas en los distintos órganos del vegetal. Las hojas, flores y frutos de naranjos y limoneros contienen aceites esenciales, variables en naturaleza y cantidad, que son los que les dan el aroma sui géneris tan agradable, constituyendo su extracción una importante industria derivada de su cultivo. De las flores del naranjo, especialmente el amargo, se obtiene el agua de azahar y la esencia de néroli; de las hojas, el “petit grain”, y de la corteza de naranjas y limones, las esencias de naranja y limón, respectivamente. Los aceites esenciales de los frutos están principalmente contenidos en la parte externa de la corteza, en pequeñas vesículas, separadas de la superficie por delgada capa de células de pocas décimas de milímetro de espesor. La cantidad de estos aceites es escasa: 1 por 100, aproximadamente, aunque oscilando entre límites bastante amplios de unos frutos a otros. Aunque varía la composición de ellas, están constituidas, en su mayor parte, por limoneno, que alcanza hasta el 90 por 100, con pequeñas cantidades de otros terpenos, aldehídos, éteres, etc. Son esos aceites los que aparecen bajo forma de diminutas gotas al doblar un trozo de corteza, al mismo tiempo que parte de ellos salen despedidos y se acusan por el intenso aroma que produce su volatilización al ponerse en contacto del aire, y que también pueden señalarse por su rápida inflamación al aproximarles una llama cualquiera.
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