Evaluación de aislados bacterianos promotores del crecimiento vegetal sobre Capsicum annuum en fase de semillero

El suelo alberga una gran cantidad de vida microscópica, como bacterias, hongos, actinomicetos, protozoos y algas. De estos organismos, las bacterias son las más comunes, representando aproximadamente el 95% de los habitantes del suelo. Se ha sabido durante algún tiempo que el suelo contiene un gran número de bacterias, que puede ser de alrededor de 108 a 109 células por gramo de suelo, pero solo alrededor del 1% de estas células son cultivables. Sin embargo, en suelos estresados, el número de bacterias cultivables puede ser tan bajo como 104 células por gramo de suelo. Las condiciones del suelo, como la temperatura, la humedad, la presencia de sal y otros productos químicos, así como el tipo de plantas que se encuentran en el suelo, influyen tanto en el número como en el tipo de bacterias que pueden estar presentes en un suelo. Además, las bacterias no se distribuyen uniformemente en el suelo, existe generalmente una mayor concentración de bacterias que se encuentra alrededor de las raíces de las plantas, en la zona denominada rizosfera, debido a la presencia de nutrientes en los exudados de las raíces de las plantas, que pueden representar hasta un tercio del carbono fijado por una planta (Glick, 2012). Las bacterias que estaremos evaluando en este trabajo son las bacterias PGPR, que son unas rizobacterias promotoras del crecimiento de las plantas. Residen en la rizosfera y establecen colonias en las raíces de las plantas. Incrementando la movilización de metales con sideróforos (Fe, Zn, Mn...) y la biodisponibilidad de cationes (Zn, Mn, Cu, Ca, Mg, Si...). Otros actúan incrementando la tolerancia al estrés (salino, hídrico...), así como la recuperación del cultivo frente al estrés. Su uso está recomendado para aplicación radicular durante las etapas de floración, cuajado, fructificación y maduración. También son eficaces cuando se dan condiciones de estrés abiótico. Muchos de los productos comerciales están compuestos por aislados específicos de distintas especies bacterianas de los géneros Pseudomonas, Bacillus y Arthrobacter. Este tipo de formulados pueden representar una herramienta clave en la situación actual de los sistemas de producción agrícola, tanto por el efecto beneficioso sobre el desarrollo de los cultivos, como por la coyuntura actual a la que estamos asistiendo de incremento de los costes de producción en inputs tan importantes como los fertilizantes, unido además de la situación de escasez de recursos hídricos.